Por Alberto Echaluce (Diario Vasco)
Pintor, conferenciante... y por supuesto, torero. El diestro alicantino, Luis Francisco Esplá (1958), constituye una especial referencia y el más veterano de los participantes en el próximo Festival Zuloaga que tendrá lugar el domingo 11 de mayo.
- Torero, pintor, intelectual, abarrota paraninfos universitarios con sus conferencias sin duda, usted es un torero diferente. Incluso alguna vez ha dicho que no quiere que le compren cuadros por ser Luis Francisco Esplá.
- Creo que todas esas facetas forman parte de la vida de una persona. Soy pintor porque estudié Bellas Artes. Son cosas que se van añadiendo a la profesión y que además forman parte de tu esquema vital. Sigo pintando, especialmente carteles, y no de toros.
- Además viene a Eibar a una corridade toros que lleva por nombre el de su pintor Ignacio Zuloaga
- Su pintura es fantástica. He conocido gran parte de su obra en una visita que llevé a cabo a su tierra, y que contó con una semana de duración. Se encuentra en el décalogo de los mejores pintores vascos.
- ¿Cómo se definiría como torero?
- Estoy entre esos toreros un poco de oficio, dentro de esos toreros largos que llama por técnica. Lo definiría como un torero lógico.
- Se considera como el último clásico del toreo.
- Yo creo que todo esto fluctúa por modas. Como cualquier otra disciplina artística todo esto cambia. Todos hemos pasado por una evolución, cambios, fluctuaciones. Soy representante casi de una generación que prácticamente está extinguida, en donde había muchos toreros clásicos. Volverá, otra vez, por necesidad y porque las modas pasan. Y, de nuevo, se recuperará la balanza para dirigir su trayectoria en esta dirección. El clasicismo es algo que no pasa de moda y se retoma constantemente. El toreo moderno pasa por su vuelta atrás para recoger otra vez su clasicismo. Yo creo que se volverá a ello, sin duda.
-Lo que está claro es que los sectores y los aficionados más puristas le quieren y le respetan como al que más.
- Todo ello, podrá estar motivado porque llevo muchos años matando corridas duras y en un panorama que no es nada fácil moverse. El aficionado quizás lo entienda así y como tienen memoria se acuerda de ello.
-Y después de tantos años como matador, ¿cómo un torero de su prestigio sigue dando la cara ante toros de ganaderías duras?
- Esa es la materia con el que me entiendo mejor y en la que me he movido. En definitiva, esas ganaderías han sido las que han dado dimensión a mi carrera. Sería un error eludir ese material, aunque a decir verdad estoy actuando en plazas muy concretas y muy puntuales.
- ¿En qué dirección camina el espectáculo de los toros?
- Estamos viviendo un momento bueno. Goza de buena salud artística y económica. Me preocupa, en este momento la banalización que atraviesa el espectáculo de los toros, de la liturgia, así como de los conceptos esenciales. Todo ello, afecta al aspecto más intrínseco del toreo. Creo que podrá ser una cosa cíclica, tras la aparición de los heterodoxos en el toreo, tan necesaria como complicada porque viene a empañar el panorama. Todo ello se prueba en los ataques que dirigen los antitaurinos.
- ¿Qué le puede decir un padre como usted a un hijo como el suyo, Alejandro, que comienza su andadura en una profesión tan dura?
- Lo único que me preocupa a la hora de enseñar a mi hijo el toreo es que no se debe humillar el gesto. Todos tenemos una forma de expresarnos y constituye una parte esencial del toreo el no humillar el gesto. Cuidar la técnica y estética también es importante, al tiempo que es necesario que no se deben inducir principios que no son genuinamente de él. Es necesario dejar que fluya la forma natural de expresión, para que en última instancia no se produzcan calcos o copias que quiten la inocencia. Esa es mi principal preocupación. Quiero que Alejandro vaya creando su propia personalidad.
- Después de 25 años vuelve a Eibar. Ha cambiado mucho el panorama taurino en esta ciudad. Una de las diferencias con respecto a otras plazas es que en Eibar son los aficionados de la Comisión Taurina los que organizan los festejos.
-Me parece positiva la labor que se está ejerciendo desde la unión de aficionados, además muy jóvenes, montando una comisión promotora. El espectáculo de los toros, para mí mal llamado fiesta nacional, tiene que estar abierto a todas las fronteras y a todas las culturas. Todas las cosas que requieren una cualificación requieren un coeficiente intelectual. Lo que, desgraciadamente ocurre, es que vivimos unos momentos difíciles en una sociedad, en donde todo tiene que estar muy masticado, muy diluido. Por ello, es muy difícil para los jóvenes conocer este mundo y difícil incorporarlos a este espectáculo. Por ello, la conclusión que se puede adoptar es que tiene más dificultad su organización.
- ¿Qué le diría a los eibarreses para que presencien el 11 de mayo el espectáculo que Hermoso de Mendoza, Fandiño y usted van a ofrecer?
- Ja, ja. Es difícil vender la moto. Van a ver un buen espectáculo y muy variado. Si alguien quiere iniciarse en el conocimiento de los toros esta es la mejor corrida. Se va a ver un toreo clásico que va más allá y entendible en su justa medida.
